El padre Darío Salazar ejerce actualmente como Vicario General de la Diócesis de Nueva Esparta. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ.

20 Mar, 2016 | De padre policía y madre empleada del Concejo Municipal, el presbítero Darío Salazar nunca tuvo en su familia un ejemplo o una referencia de sacerdote que lo hiciera inclinarse por esta vocación, pero ya desde 1989 ejerce con convicción el sacerdocio.

Recuerda que en su juventud, cuando se presenta la encrucijada de qué vas a estudiar en la universidad, se empiezan a conocer los proyectos, y vienen las interrogantes. Muchos tiene sus proyectos concebidos y otros los hacen sobre la marcha. Pero en el caso del ahora Vicario General de la Diócesis de Nueva Esparta, tenía su proyecto bajo la manga, aunque sin perfilarlo como tal.

Tras una selección de opciones de carreras, como periodismo, administración, y sociología, o irse a la Escuela de Formación de Oficiales de la Guardia Nacional (Efofac), fue asignado a cursar estudios de sociología en la Universidad de Oriente núcleo Nueva Esparta (Udone) donde confiesa se le fue despertando eso para lo que ciertamente estaba llamado.

Siempre estuvo ligado a la Iglesia, participando en actividades y colaborando en las jornadas. Pero fue luego de haber empezado una experiencia en el camino neocatecumenal cuando, afirma, se le despertó la vocación.

Dado en el momento se hizo una reflexión, quienes hayan pensado un día ser sacerdotes pues que se pongan a disponibilidad de la Iglesia. “Y fue lo que hice yo en el año 1981”, y en 1982 empezó los estudios de filosofía en el Seminario Santa Rosa de Lima, donde también curso Teología.

Y así fue como aquellas conversaciones de niño, donde a Darío le preguntaban qué quería ser fuera grande, y solía responder “el que está en la plaza que se pone un camisón”, se convirtieron en realidad.

Agradecido

“Dios bendice a uno sin esperarlo”, afirma el presbítero Darío del Jesús Salazar, pues en su vida nunca creó un proyecto para obtener un título de licenciatura, o realizar un viaje a Roma a estudiar, a donde fue enviado por el obispo para cursar la Licenciatura en Derecho Canónico.

Por lo que el párroco afirma que “si estamos abiertos a la voluntad de Dios, el Señor te da todo lo que esperas y te va librando de muchas cosas”.

De las grandes satisfacciones que “El Padrecito”, como era llamado por sus familiares confiesa obtener de esta misión que cumple en su vida, está la de poder ver la satisfacción de las personas cuando encuentran una palabra de aliento, a una persona que las escucha; y sobre todo cuando existe continuidad en el trabajo con una persona y esta descubre que la vida sí tiene sentido, que hay esperanza.

“Mi misión como párroco es llevar la buena noticia, es hacer presentes a Jesucristo a través de los sacramentos, y a través de esa mano solidaria de la iglesia”, aseveró el párroco.

San Juan

El presbítero Darío del Jesús Salazar Malaver nació el 19 de diciembre de 1956 en la población de Punta Cují, San Juan Bautista; sus padres son Concepción Salazar y Teresa Malaver de Salazar, residenciados en San Juan Bautista. Es el segundo de ocho hijos y el único sacerdote. Sus hermanos son: María Ramona, José Luis, Jhonny Rafael, Ana Esther, Belkys del Valle, Jesús Enrique y Tomás Concepción. Cursó estudios de primaria en la Escuela Concentrada Nº 64 en Punta Cují, hoy Escuela Bolivariana Doña Emilia de Velásquez, así como en la actual Escuela Bolivariana Francisco Fajardo (ambas en San Juan Bautista); la secundaria en el actual Liceo Bolivariano Juan Bautista Arismendi en La Asunción y Liceo Bolivariano Gaspar Marcano de San Juan Bautista y egresa como bachiller en Humanidades del Liceo Bolivariano Francisco Antonio Rísquez de La Asunción.