Pescadores artesanos celebran la temporada de pulpo. / Foto: DANIEL RAMÍREZ | @fotodan42

15 Jul, 2017 | La temporada de pulpo ha traído buenas nuevas para los trabajadores de la pesca que hacen vida en la bahía del Fortín de La Caranta, en Pampatar.

Los pescadores han visto propicio el buen tiempo que ofrece las corrientes marinas, proporcionando una buena cantidad de productos marinos como pulpos, calamares y peces variados.

Los pescadores artesanales están sacando del mar cada dos días alrededor de cien y ciento veinte kilos de pulpo. El calamar también ha arrojado buenos números paras los marineros durante las faenas, llegando a llenar las cestas con hasta treinta kilogramos.

El tema de los permisos para realizar la pesca de mariscos y las autorizaciones para obtener combustible para los motores, no es nuevo para estos neoespartanos, quienes tienen en regla sus documentos.

Los pescadores deben poseer autorización dada por el Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura (Insopesca) para capturar a los octópodos. Además de esta autorización, deben tener otro permiso, pero este sería para obtener gasolina para los motores en las estaciones de servicio más cercanas.

Sin embargo para algunos pescadores de esta bahía del municipio Maneiro, se les ha presentado dificultades para obtener el combustible.

Cesar Silva, pescador, expresó que “hay veces que se forman colas para poder comprar la gasolina y por bote nos dan hasta cuatro pimpinas”. Silva resaltó que hay un total de ocho pañeros que salen desde La Caranta para faenar en alta mar.

Precios solidarios

Los precios que manejan los pescadores al público que se acerca a comprarles son asequibles. “Tenemos la facilidad de ofrecerle a las personas que llegan directamente hasta acá, buenos precios y mercancía fresca”, dijo el pescador.

Las ofertas en especies como el corocoro van desde tres mil quinientos bolívares el kilo y el cachoro lo ofrecen a dos mil quinientos bolívares. En cuanto al kilo de pulpo, se vende en esta costa de la Isla, a razón de veinte mil bolívares, mientras que el de calamar tiene un precio de quince mil bolívares .

Caveros sin control

Los pescadores locales manifestaron sentirse abrumados por no haber una tabulación y un control de ventas a las cavas que se acercan a la bahía a comprar la mercancía marina.

Según ellos los “caveros” hacen de las suyas con la reventa de los productos adquiridos a los pescadores de la zona. Todo esto sin la presencia de los funcionarios de la Guardia Nacional.

Aseguran que no han tenido altercados hasta los momentos con robos de motores o atracos en la mar, sin embargo aseguran que no hay autoridad alguna que regule las ventas de los que expenden productos marinos desde los camiones en La Caranta.