18 Sep, 2017 | "El 10 de septiembre, en las elecciones de la MUD, la juventud pudo conocer en vivo, cómo eran las elecciones de la IV República: robos de votos, acta mata votos, golpes y amenazas. Insultos como el calificativo de pran que le hizo Primero Justicia a Ismael García, que a lo mejor lo es, porque ellos lo conocen, puesto que es militante de ese partido. En fin, compra y venta de votos para candidatos que ya todos conocemos como verdaderos pillos de la democracia". Así, de un solo golpe y porrazo, se lanza con su comentario Arquímedes Salazar, el analista nacional e internacional.

Se detiene y marca en su tableta la página por donde lleva la novela "La casa del desencuentro", de Martín Amis, y sigue diciendo: "Ya en AD no está Alfaro Ucero, aquel que le dijo a Eduardo Morales Gil, en Cumaná, que mandara a ese fiscal para el carajo, cuando Morales Gil perdió la gobernación. Ya no está. Pero está Ramos Allup, que aprendió todas las trácalas y pillerías de los adecos de antaño y las conserva completicas".

"Él es la IV República en carne y hueso. Miente cuando le da la gana, por ejemplo, con las pruebas del fraude, y además, se hizo cargo de la mesa de la unidad en las primarias, mientras Borges y Guevara vendían a Venezuela en el exterior. El secretario general por más de veinte años, de AD, es decir, Ramos Allup, mostró sus cartas y ganó, como siempre, robando votos y manipulando, pero ganó".

Y ¿qué va a pasar? -le digo. Ya veremos, porque eso de que en Zulia la gente de Manuel Rosales vote por Guanipa, eso está por verse. Lo mismo en Amazonas, y en Yaracuy, pero lo que más duele es ese candidato de Aragua, ¿qué hizo Aragua para merecer eso?
¿Qué aprendimos con esas primarias? Que los adecos siguen siendo los mismos: pillos y estafadores políticos.