25 Sep, 2017 | Entre las propuestas que venimos impulsando a raíz del llamado presidencial a contribuir con el fortalecimiento de todos los sectores nacionales, hay una de gran importancia por los beneficios que implica para nuestra economía: la aplicación del subsidio directo.

Los subsidios que se aplican para estimular la economía son definidos como la diferencia entre el precio real de un bien o servicio y el precio real cobrado al consumidor. En los subsidios directos el Gobierno paga directamente una parte del servicio a algunos consumidores. Y eso es lo que queremos: subsidiar a la población más necesitada.

La propuesta es aplicarle las 3 R al esquema actual de subsidios a fin de lograr su optimización, evitar que todos reciban por igual el beneficio (aun sin necesitarlo), ayudar a las personas de bajos recursos, estimular la producción nacional, controlar la inflación, disminuir el desabastecimiento, sustituir las importaciones, ahorrar divisas y estabilizar la economía.

Veamos un ejemplo. Para producir la harina precocida el productor de maíz compra los insumos para la siembra (semillas, fertilizantes, agroquímicos) a precios subsidiados, parte de estos productos terminan en los países vecinos (contrabando), el precio del maíz que se logra producir está regulado y subsidiado por el Estado, el maíz llega a la agroindustria, que lo procesa con insumos subsidiados (empaque) y debe vender el producto al precio que el Estado define. Este esquema no está motivando de forma eficiente la producción, ni controla el bachaqueo, subsidia a todos por igual sin importar quién tiene más o menos.

Para eliminar esas distorsiones debemos suprimir los eslabones de subsidios indirectos y llegar solo a los que lo necesitan. Los subsidios a los productores se deben limitar a los rubros que verdaderamente necesiten auxilios económicos en este momento. Es más efectivo para la producción que el gobierno garantice la entrega de tierras, la existencia oportuna de insumos, repuestos y maquinarias para la producción y el otorgamiento de créditos productivos a través de la banca. Además, que se reconozca el precio real del producto.

Es importante destacar que el Estado no tendría que disponer de más recursos financieros para la aplicación del subsidio directo, los recursos saldrían de los que ya se están utilizando, en un sistema poco eficiente.

En otros países lo han implementado y les ha funcionado. Estabilizando la economía aumentamos el poder adquisitivo de la población, logrando que puedan adquirir los bienes y servicios básicos por sí solos. Esa es la meta y podemos alcanzarla.

Hagámoslo.