13 Abr, 2018 | Desde el día en que nació, cuando sus pies salieron primero que su cabeza del vientre de su madre, Bojana Danilovic mira al mundo al revés. Comenzó a gatear hacia atrás y sus primeros pasos al caminar fueron en retroceso. Nos referimos al caso de una mujer serbia que sufre una extraña condición, que ha dejado desconcertados a los médicos y a unos cuantos expertos. Todo lo mira al contrario. Los científicos de la Universidad de Harvard han calificado su patología como un fenómeno de orientación espacial. Sus ojos distinguen lo que mira de la manera correcta, pero su cerebro le da la vuelta.

En casa de esta mujer serbia hay muchas cosas “patas arriba” aunque para ella están en la posición adecuada. Puede ver la televisión gracias a que la tiene de cabeza y trabaja tranquilamente en su computadora sin tener que voltear el monitor gracias a una aplicación especial que invierte las imágenes en pantalla. Aunque las agencias de noticias y los especialistas han señalado este caso como único en el mundo, entre algunos políticos venezolanos se presenta de manera crónica.

Nadie se explica cómo es que luego de que los representantes de los candidatos a la presidencia del gobierno, y de la oposición venezolana para las elecciones del 20 de mayo próximo, visitaron la ONU para solicitar la observación electoral para estos comicios, otro grupo de políticos viajó a Nueva York para pedir todo lo contrario. Un funcionario con 30 años de servicio en la ONU habría comentado que: “es la primera vez que un sector político nos pide que no participemos, que no lo visitemos, que no hagamos acto de presencia, que no hagamos observación electoral; lo que es aún peor, primera vez que un sector político llama a una concentración ante una de nuestras oficinas en el mundo para rechazar nuestra presencia, nuestra asistencia o nuestra observación”. La verdad es que nunca antes había sucedido que un grupo de dirigentes políticos, editores y propietarios de medios de comunicación de país alguno, anden por el mundo buscando sanciones económicas y comerciales que terminan perjudicando a sus compatriotas y lo que es mucho peor, pidiendo la intervención de fuerzas militares extranjeras para hacer el trabajo que ellos no han podido realizar. No superan haber convertido en sal y agua los resultados de las elecciones parlamentarias de diciembre del 2015, que le fueron favorables. Ahora van por el mundo “llorando como mujeres, lo que no supieron defender como hombres”.