14 Ago, 2018 | Haber explicado todo lo que ha explicado en tan poco tiempo era muy difícil para el gobierno. Había y hay muchas cosas obscuras en el supuesto atentado como para aclararlas tan rápidamente y poder dar una versión que se vea totalmente coherente. Esto es responsabilidad de Maduro, y antes de Chávez, quienes nos hicieron escépticos. Fueron demasiados magnicidios falsos como para poder creerles. Es igual a la acusación que le hacen a Chávez, de haber ordenado el asesinato de la familia presidencial en 1992, que tendrá sus seguidores, lo que no significa en absoluto que sea verdad. Otro cuento es el que dice que a Chávez le inocularon el cáncer que lo mató, lo creerán también algunos, y no me refiero nada más a quienes hoy controlan la ANC. Ellos lo hacen para sacar beneficios politiqueros de la mentira pero otros, exministros incluso, a quienes les dije desde el principio que Chávez estaba gravemente enfermo, y se molestaron y me lo negaron airadamente. Parece que en este nivel de compromiso político la gente cree lo que quiere.

Pero muchos actores, que en principio estaban fuera del libreto magnicida, han aparecido en el exterior y han declarado a favor de la tesis del gobierno, lo que podrá significar que a confesión de parte, relevo de pruebas. El expolicía Lucchese ha dicho que él participó y que lo seguirá haciendo, además de pedir representar a los radicales, quienes también se pronunciaron, pero desde el país, como responsables. Un animador de noticias, que dudo sea periodista, dijo que participó en una reunión en EUA, donde estaban planificando el atentado. Y luego, como un Mario Silva cualquiera, señaló su acuerdo con ese proceder. ¿No son éstas, ayudas a la versión del gobierno de un intento de magnicidio? Ayudan también esos extremistas de las redes que se masturban con invasiones extranjeras, magnicidios, presos de por vida, secuestros de chavecos, expropiaciones a granel y toda esa sarta de estupideces.

Dejo para último la ilegal, delictiva, inconstitucional presentación en la prensa de un video editado sobre unas declaraciones de Requesens, el cual debería ser parte del sumario y nunca un arma política tan cochina, que dice mucho de sus captores. Es una forma de proceder un tanto mejorada que la que hicieron hace algún tiempo, en la que apareció un hombre sin camisa, esposado, visiblemente golpeado y, cuidado, drogado. Sin su abogado, sin fiscales del Ministerio Público, sin garantías ningunas. Hoy lo hacen con un diputado, que no importa si es culpable o inocente, eso no me interesa, pues el gobierno ya lo declaró culpable. Sin abogado, sin fiscales, evidentemente drogado, que lo único que llegó a aceptar fue que, a petición de Julio Borges, ayudó en el ingreso a Venezuela del supuesto terrorista Juan Carlos Monasterio, a quien no vio más. Monasterio, por su parte, es un caso de extrema colaboración con sus captores, lo que llama mucho la atención, presentado también ante la opinión pública en forma violatoria del debido proceso.

Como se ve son muchas las lagunas y la violación del debido proceso invalida a todos estos testigos y en el caso de Monasterio parece un simple chaveco haciéndose pasar por testigo, algo a lo que el régimen nos tiene acostumbrados. Si el atentado fue verdad, lo condeno y serán culpables quienes las investigaciones dentro del debido proceso determinen. En este momento no podemos saber quiénes son los culpables. A lo mejor son otros.