22 Feb, 2019 | La oposición venezolana se quedó sin política y su liderazgo lo asumieron hace algún tiempo dirigentes extranjeros con intereses non sanctos en nuestro país. Los acontecimientos registrados en Venezuela desde el pasado 23 de febrero lo confirman, el antichavismo nacional se quedó “privado” políticamente y apeló al expediente del auxilio extranjero.

Se presume que la dirección política opositora más allá de Voluntad Popular y Primero Justicia, entró “obligada” a la línea de autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino. Los días posteriores al acto de auto proclamación se ha conocido que el diputado Guaidó venía trabajando esta “salida” desde hace algún tiempo. Está confirmado que los últimos meses del año pasado viajó a los EEUU, Brasil y Colombia para ultimar los detalles del golpe de estado en marcha.

Confesó que por un elevado déficit de confianza no le informó al amplio espectro opositor los detalles de sus planes. Llegó el 23 de enero y se declaró presidente interino frente a los desconcertados compañeros de directiva parlamentaria, dirigentes de Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo.

A partir de ese momento toda la oposición, salvo contadas y honrosas excepciones, entró en la línea sediciosa liderada por la administración del presidente de los EEUU. Es increíble observar que el proyecto de país de la cúpula dirigente opositora se reduzca a la solicitud de “ayuda humanitaria” en una operación de martillo internacional.

No podía ser de otra manera, son los mismos que han promovido un feroz cerco económico y financiero contra su país. La poderosa maquinaria mediática que los respalda le oculta a la opinión pública nacional e internacional los “detalles” de la astronómica diferencia que existe entre los recursos esquilmados al estado venezolano y los fondos dispuestos por la comunidad internacional para la mal llamada ayuda humanitaria.

Hay que reconocer con humildad que la más brutal y alevosa ofensiva comunicacional que haya conocido nuestro país ha convencido a alguna parte de la población venezolana de las bondades de ser tratados por los EEUU, como indigentes que claman por alimentos y aplaudir una posible invasión de fuerzas militares para que ingrese la “ayuda” a nuestra tierra.

Es deplorable que la dirección política opositora haya hipotecado su dignidad y obedezca sin remordimiento alguno las instrucciones que les imparten quienes se creen los dueños del mundo. Estamos en presencia de una oposición desnacionalizada.