Padres deben regular el uso de los videojuegos a sus hijos, preferiblemente una hora al día. / Foto: ARCHIVO

17 Jun, 2014 | Desde principios de la década de los ochenta las consolas de video juegos ocuparon un espacio en las habitaciones de los niños y adolescentes. Desde entonces los juguetes tradicionales se vieron desplazados para darle espacio a este pasatiempo que cuenta con millones de jugadores a nivel mundial.

Los jóvenes neoespartanos también son arduos fanáticos de estos juegos que con el pasar de los años se han ido perfeccionando y sus gráficos son tan reales como imágenes de una película de ciencia ficción.

A pesar del entretenimiento que prestan a los muchachos, el uso excesivo de estos puede acarrear problemas para los jóvenes, por lo que es indispensable para los padres regular el uso de estos dispositivos.

A juicio del psiquiatra Tomás Ortiz Alonso, quien habló de este tema en la página web desarrolloinfantil.net, el gran problema de los videojuegos, como consecuencia de su estructura repetitiva y de recompensa, podrían generar una dependencia de los mismos que llevaría a los niños a estar constantemente pendientes de estos.

Jesús Marín, estudiante de noveno grado, manifestó que cuenta con dos consolas de videojuegos en su casa las de Wii de la empresa Nintendo y Play Station III de Sony. "Soy un fanático de los videojuegos tengo dos consolas en mi cuarto y cuando me canso de una me paso a la siguiente. Normalmente soy muy persistente en los juegos y hasta no pasarlos o lograr el mayor puntuaje no me rindo".

Ortiz también reconoció que no se puede afirmar categóricamente que todos los niños que se dediquen a los videojuegos vayan a caer en una adicción a los mismos, ni que el videojuego sea un elemento que le perturbe los trabajos escolares o la vida social.

"A priori es muy difícil saber en qué medida el videojuego va a afectar la vida social o escolar de un niño; o la predisposición de un niño a depender del videojuego; o la vulnerabilidad cerebral el pequeño hacia determinados estímulos repetitivos o de dependencia de la recompensa como son los videojuegos".

Señaló que los padres deben controlar el tiempo de juego, por lo que recomendó que el joven no debe pasar más de una hora jugando con este aparato.