Diciembre lluvioso no desgana a los pescadores de La Isleta. / Foto: RICHARD MARCANO @RICHARDMH4

30 Dic, 2017 | Los huecos en el pavimento que lleva hacia La Isleta no son impedimento para los caveros y compradores de productos marinos que se venden en esta población.

La lluvia que acompaña los días decembrinos torna el trayecto hasta esa comunidad de pescadores del municipio García en una vía para recorrer con precaución.

Los marineros de La Isleta desde temprano se aglomeran bajo los techos de sus rancherías a reparar trenes mientras la lluvia decembrina arrecia.

En los días de tempestad, los puntos de pesca de las más de cien embarcaciones de esta zona son los más cercanos. Punta Mosquito, Plazoleta, Laguna de Las Marites y frente a La Isleta son los lugares más frecuentados.

Carlos Rodríguez, con más de diez años en el oficio de pescador, explicó que estos días han disminuido las salidas por la inestabilidad del clima. "Mucha lluvia estos días pero estamos sacando bastante lisa".

Rodríguez comentó que otra dificultad para mantener sus labores son los costos de insumos y materiales para la pesca. "Los corotos están caros, hasta mil veces más, es el valor siempre y cuando se consiga".

El significado de pescar contempla para estos trabajadores del mar más que montarse en una embarcación; "no es solo el sacrificio de lanzarse al mar, es encontrar el aceite, la gasolina, la inseguridad, entre otras".

Leonel Antón, quien abandonó la escuela a los seis años por la vida en el mar, reconoce que "contra viento y marea hay que vender aunque sea poco".

Inseguridad y costos

Al verse afectados como en otras comunidades por la inseguridad, indican que son diversos los casos de robo de equipos, insumos y motores en la zona, tanto en tierra como en altamar.

"El miércoles pasado a 200 metros de la orilla se robaron un tren", recordó Rodríguez.

Treinta mil bolívares por pimpina de gasolina diariamente y 500.000 por pote de aceite es la cuota obligatoria a gastar para garantizar la salida al mar.

Aseguraron que muchos compañeros de faena han migrado a otras poblaciones de la Isla en la búsqueda de especies con mayor retribución económica.

"Varios de acá se fueron a La Guardia, donde se consigue el tajalí", expresó Antón.

Este pescador formuló también un llamado al gobernador y demás autoridades competentes en materia pesquera, solicitando la oportunidad de recibir créditos que apoyen su trabajo.

Al finalizar Antón con su pedimento, se escucha en modo jocoso a un compañero decir: "Faltó mencionar el mayor problema, el pernil que no ha llegado".