Los jóvenes neoespartanos se están refugiando en sus casas debido al contexto social y económico que se vive en Venezuela. / Foto: OLYANA MARCANO @olymarcano

22 May, 2018 | Aa situación económica que atraviesa Venezuela ha influenciado la diversión y recreación de los jóvenes insulares. Actividades como ir al cine, salir de paseo, comer un helado, compartir con sus amigos, salir a la playa se han convertido hoy en un lujo.

En un recorrido por un centro comercial encontramos a Diego Lugo, quien expresó que la situación está bien difícil, ya nadie frecuenta los cines porque no tienen los medios para pagar las entradas y los combos de palomitas. Manifestó que sus padres están fuera del país y lo ayudan monetariamente, lo que aprovecha para salir a recrearse con sus amigos cuando se puede.

Sobre el resultado de los comicios presidenciales, señaló que “es más de lo mismo”. En su opinión es muy difícil que la situación del país cambie con el mismo presidente, él, por su parte, continúa estudiando y piensa irse del país.

Otro joven consultado, Daniel Hidalgo, manifestó que la situación no está para salir a distraerse con sus amigos. Agregó que se vio en la obligación de hacer como todo venezolano estudiar y trabajar para solventar en algo sus gastos y ayudar a sus padres, pero sin embargo, se da el gusto de ir al cine cada cierto tiempo cuando el presupuesto lo permite.

Hidalgo agregó que todavía está asimilando los resultados presidenciales, con los cuales no está de acuerdo y se considera parte de ese grupo de venezolanos que no se prestaron para esa actividad electoral.

Los jóvenes coincidieron en que la inflación los obligó a restringir las actividades recreativas y revelaron que casi no se frecuentan con su grupo de amistades, puesto que la mayoría están trabajando y sus horarios no les permiten reunirse.

Enfatizaron que los chicos están dejando sus estudios para ayudar en sus casas y cuando se les presente la oportunidad se unirán a los centenares de venezolanos que dejaron el país para realizar sus sueños y poder vivir dignamente.

Comunicaron que las actividades más frecuente para la generación de hoy están en casa como: escuchar música, ver televisión y navegar en internet que les aporta contenidos de interés para casa usuario.

Aun así deben mantener sus rentas telefónicas porque es la forma de estar más cerca de sus familiares y amigos.

Los adolescentes sienten que la situación les ha limitado su ámbito social, pero están conscientes de que la inseguridad ha estado desatada y para salir a algún centro comercial deben hacerlo de día, por eso se sienten indignados y prefieren quedare en casa.

Malabares

La nueva generación sabe que mantener una vida social activa en la región se ha vuelto cuesta arriba. Salir y disfrutar de caminatas por las calles o de una cena cada fin de semana es un sueño que el joven insular común ha dejado atrás mientras intentan hacer malabares con el ingreso económico que tienen. Cada vez son más los jóvenes que trabajan para aportar a sus padres, pagar sus estudios, comprarse sus cosas, explicaron los adolescentes consultados.