"Como pólvora" se corre la voz de que llegarán los camiones con productos de la cesta básica, y la gente hace colas durante todo el día, en un afán a veces infructuoso. / Foto: YANET ESCALONA

30 May, 2018 | Nadie sabe quién dio el "pitazo", pero predomina entre los presentes la certeza de que "pronto" llegará el camión con la harina pan, el azúcar o la pasta. La voz corre "como pólvora" y llega a los oídos de los compradores, algunos con varios días haciendo cola, desde el amanecer, en céntrica calle de Porlamar. El rebulicio es total y, en el interín, se sientan en las aceras cercanas buscando palco de sombra, pero cuando alguien grita "¡ahí viene el camión!", se arma nuevamente el bululú y corren, hasta con apoyo de muletas, a formar la cola, sin importar el sol inclemente, ni los empujones o "agarres" por los puestos. Algunos lo hacen por la necesidad de surtirse de productos básicos a precios asequibles. Otros son mirados como los protagonistas de un movimiento de reventa "a cielo abierto" que no cesa en cada pueblo margariteño.

El resto de los transeúntes que son sorprendidos en pleno casco central con este "corre corre" humano exclaman al ver la multitud: ¡Los propios bachaqueros! o ¡Será que el hambre está volviendo loca a la gente!, porque no encuentran raciocinio al momento. Lo paradójico es que el camión tampoco se vio en kilómetros a la redonda.

Mercaderes diarios

A la más reciente decisión del Ejecutivo nacional de intervenir y darle giro a los mercados municipales, le precede en el ámbito porlamarense un decreto de la Alcaldía de Mariño. En febrero pasado, el recién electo alcalde Francisco González explicó en declaraciones a este diario que la municipalidad, en conjunto con organismos de seguridad y control de precios, "se han desplegado por varias zonas para hacer cumplir este decreto contra el bachaqueo y la especulación, para proteger al pueblo".

En esa oportunidad también dijo que estos recorridos los han hecho con directores de la Alcaldía, efectivos de Polimariño y la Guardia Nacional Bolivariana, además de funcionarios de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) y el Distrito Sanitario.

A tres meses de ese anuncio, corresponde entonces a esta dependencia evaluar la actual situación, porque lo observado en el centro de la ciudad, en vez de disminuir, intensifica sin parangón este tipo de oferta y demanda.

Flor Elena García, vendedora ambulante, justifica su presencia en la calle: "Si uno no sale a trabajar, entonces no come. Todo lo que uno hace a diario es para medio sobrevivir, porque no alcanza para nada lo que gana", dijo, frente al alto costo de la vida.