Los dulces hechos a base de dátiles son una explosión de sabor para el paladar de todo el que los deguste. / Foto: OLYANA MARCANO @olymarcano

16 Ago, 2018 |La palma datilera es conocida en el estado Nueva Esparta porque sus hojas son utilizadas en la fabricación de los populares sombreros de cogollo, además adornan calles y avenidas de la Isla, pero el fruto de este árbol es muchas veces desaprovechado por los residentes de la región a pesar de lo exquisito y nutritivo que es.

Cuando se habla del datilero la mayoría de los neoespartanos se traslada a población de Fuentidueño, en el municipio Díaz, donde se dan mayormente estas palmas.

En la calle Los Andes, que va desde San Juan hasta Fuentidueño, se encuentra Yarixa Millán, quien desde muy pequeña conoció el arte de la dulcería de la mano de su abuela. En un pequeño toldo ofrece variedad de postres tradicionales que durante años le han servido como sustento de su familia.

Entre los dulces está el de dátil, uno de los más solicitados. Millán comentó que en la montaña que está detrás de su casa se encuentran las palmas datileras, que durante años han sido sus aliadas para preparar el dulce. Hay más de 40 matas y estas tienen un cuidado bastante simple, solo regarlas y abonarlas para que paran las deliciosas frutas.

Millán relató que en tan solo tres meses se maduran y están listos para la elaboración del dulce. La preparación es sencilla, pues solo requiere lavar los dátiles, hervirlos y luego cambiar el agua para agregar el azúcar y la vainilla. Explicó que para dos kilos de este fruto se requieren unos dos kilos de azúcar y la vainilla es a criterio del cocinero.

Otra versión que ofrece son los dátiles naturales, los cuales son realmente deliciosos y son una ganga ya que la bolsita cuesta unos 500 mil bolívares. Mientras que el dulce vale 1.500.000 bolívares el envase.

Relató que los dátiles no son exclusivos para la dulcería pues también combinan a la perfección con platos como pollo guisado y aseguró que le da un gusto agridulce a la preparación, que a su familia en particular le encanta.

Millán también prepara dulces de zapote, mamey, níspero, coco, lechosa y mango que son cosechados en las montañas de la población de Fuentidueño.

Artesania
A la palma datilera, como es conocido, se le saca mucho provecho para tejer las crinejas, con las que se hacen los sombreros de cogollo.

Dianoris “Nona” Valerio, artesana de Fuentidueño, relató que las palmas datileras son la flora característica de este sector del municipio Díaz, y que su presencia en esta zona ha permitido desarrollar artesanía y dulcería tradicional que se ha convertido en un emblema, no solo en esta localidad, sino también en todo el estado Nueva Esparta, pues la gente fuera de la Isla relaciona esos productos con la Perla del Caribe.

Nona, como la conocen todos en su pueblo, indicó que tiene 25 años dedicada a la elaboración de prendas a base de la palma del dátil. Comentó que las hojas son bajadas desde las montañas de Fuentidueño y son procesadas.

Luego de cortarlas y ponerlas a secar al sol por varios días, según describió, las mujeres del pueblo son las encargadas de hacer las crinejas, las cuales venden por bultos en unos 150 mil bolívares.

Valerio mostró que conoce todo el proceso de tratamiento de la palma, pero destacó que desde hace mucho tiempo solo se dedica a la elaboración de abanicos, bolsos, pavas, carteras y hasta vestidos.

El trabajo que esta artesana realiza involucra a mucha gente, desde la persona que sube a la montaña, hasta las mujeres que tejen las crinejas y a su propia familia que la ayuda.

Para Nona será difícil que esta tradición se pierda, pues es un conocimiento que va de generación en generación, a ella la enseñó su madre, y ahora está educando a sus sobrinas.