Trabaja con todo tipo de tejidos y materia prima encontrados en Venezuela, pero la clientela se decanta por los sintéticos. / Foto: Olyana Marcano

6 May, 2019 | La polymita es un caracol endémico del este de Cuba, pero en la isla de Margarita también puede encontrarse. Como las babosas también llamadas arcoíris, con conchas de sorprendentes colores, así son los bolsos y neceseres de Polymita Shop, un emprendimiento que toma el nombre de este vistoso molusco de tierra.

Mochilas, neceseres y portacosméticos son producidos en tierras margariteñas y solo se encuentran aquí, puesto que su fabricación, ciento por ciento artesanal, garantiza que no haya dos iguales.

Su creadora es Yisel Rodríguez, una cubana que decidió darle valor a la nostalgia por su tierra, nombrando su emprendimiento como “el caracol más bello del mundo”, según los expertos.

Ella se radicó en Margarita y forma parte del movimiento de pequeños negociantes que ofrecen a los viajeros esos recuerditos tan particulares.

“Empecé vendiendo cosméticos en salones de belleza y mis clientes me decían que necesitaban dónde guardarlos”, rememora.

Así surgió la oportunidad de negocios que Rodríguez supo aprovechar, según relata, y así honrar además los conocimientos heredados de sus dos abuelas Elvira Hidalgo y Miriam Columbiere.

PARA TODOS LOS GUSTOS
Semicuero, telas y fibras sintéticas son parte de la materia prima. “Todos están forrados en plástico, que además de darle resistencia y acabado de calidad, representa el sello de mi marca”, precisa Yisel Rodríguez.

En estos momentos, los transparentes son los más llevados y cada día crece aún más el mercado masculino, que pide neceseres para sus efectos de aseo personal, que incluyen en su mochila de gimnasio.

“Casi siempre son las mujeres las principales clientas, pero últimamente los hombres también piden accesorios acordes a las diferentes actividades que realizan”, confirma la emprendedora.

Los neceseres masculinos complementan desde hace un tiempo los bolsos deportivos, por su practicidad y versatilidad, pueden contener de forma ordenada e higiénica rasuradoras, desodorante, perfume, el jabón de baño y el champú, evitando y conteniendo accidentes que puedan dañar las prendas de vestir.

Los caballeros prefieren los colores oscuros y aquellos que semejan cuero, sobrios y elegantes.

EL TALLER DE SUEÑOS
Su empresa y taller se ubica en un cuarto en casa de su mamá en Villa Colonial en la comunidad de Los Chacos, municipio Maneiro; por lo que todo lo comercializa a través de su página en Instagram y en las ferias artesanales.

“Mi patrón de ventas ha variado mucho desde mis inicios. Antes sólo revendía mercancía, ahora me he vuelto una pequeña artesana, una fabricante y eso me permite adaptarme al gusto de mis clientes, quienes ven personalizados sus pedidos y ese es parte del plus que buscan en la marca Polymita.

El negocio del emprendimiento en la isla va en aumento. Las ferias artesanales se presentan como los nichos de los pequeños empresarios que construyen su taller de sueños.

“Vi en las exposiciones una oportunidad para expandir mi marca. Antes me limitaba a los salones de belleza, que si bien era una buena clientela, también estaba limitada”, confiesa

Así montó su mesa en la feria de Venetur, donde ha tenido que ampliar su oferta porque llegan muchos clientes con gustos diferentes, pero buscando el toque del hecho a mano.
“Con el tiempo -admite- tuve que mejorar los materiales para adaptarme a las necesidades. Las telas no deben ser resistentes y de preferencia impermeables y hay que ofrecer opción entre la monocromía y los estampados”.

NEGOCIO EN RED
Esta marca se convirtió en su principal fuente de sustento. Trabaja en su taller cuatro días, para luego dedicar el fin de semana a las ventas. Ella representa su propia cadena de producción y distribución.

La ventaja de las redes es que puede recibir pedidos de dentro y fuera de la isla, lo que la mantiene muy ocupada.

También el acceso a la internet significa explorar las tendencias que en su ramo se manejan en el mundo. La costura es un arte que crece y evoluciona con la moda. Y ella así lo ha entendido: siempre ofrece novedad.

MOTIVO DE CHARLA
Lo llamativo del nombre también ha servido para atraer clientes a través de la conversación.

Quien compra uno de sus accesorios, también se lleva una breve lección de malacología, que es la ciencia que estudia los moluscos.

Y aunque cerquita de Venezuela, en las mismas aguas del Caribe, la polymita sólo se encuentra en Cuba, donde su explotación ha amenaza a esta colorida especie.

“Es el caracol más bello del mundo”, dice mientras busca una fotografía en su celular. “Por eso quise darle este nombre, como homenaje y recuerdo a la tierra donde nací”.

Por esto, la tarea de Yisel Rodríguez no solo es comercial, también es formativa y conciencia a sus clientes sobre la diversidad de las especies y lo único que cada territorio puede llegar a ser a través de su flora y fauna.

Para esos amantes de la malacología, que quieran hacer sus encargos, con tamaños y colores personalizados, ya tienen una polymita para coleccionar.

Para ver el trabajo de Yisel Rodríguez puede buscarla en las redes sociales como @polymitashop en Instagram para conocer más del emprendimiento.