29 Ene, 2014 | El movimiento por la paz y la vida ha sido un gran éxito implementado por el gobierno Nacional. En Margarita han disminuido considerablemente los índices de criminalidad, jugando un papel importante la primera dama del estado, Dinora Villasmil de Mata, junto a ese gran equipo de seguridad que dirige nuestro buen amigo el coronel Aquilino Mata, como director de Seguridad Ciudadana, acompañado hasta este martes por otro hombre que aportó mucho por adecentar la Policía del estado (el comisario Néstor Martínez), quien acaba de ser sustituido por el coronel Marlon Dulcey, a quien le deseamos el mayor de los éxitos, y esperamos como miembro de la Junta Directiva de la nueva Policía Bolivariana del estado, poder ayudarlo y aportar nuestro granito de arena para el mejor funcionamiento de la policía y un combate efectivo contra la delincuencia.

Ocupar los espacios públicos es fundamental en esta política orientada al logro de la paz social como uno de los logros fundamentales del pueblo y de la Revolución Bolivariana. La idea es que la juventud, los trabajadores, los ancianos y el poder popular en general trabajen agarrados de la mano en la consecución de la prevención del delito, como está estipulado en la Ley de Policía Nacional, que hemos adecuado y puesto en vigencia en cada uno de los estados venezolanos, donde la meta fundamental es construir la patria socialista en paz.

A través de esta política se está organizando y haciendo énfasis en actividades culturales, deportivas y todas aquellas donde exista participación masiva del pueblo, para que los ciudadanos estén ocupados y debidamente asistidos para que no se vean en la tentación, o a veces la necesidad, de cometer actos delictivos.

Si bien es cierto que debemos tratar de sumar a estas actividades a todos aquellos que por momentos se han descarriado y tomado caminos delictivos, también es cierto que no debemos admitir ni apañar la impunidad, porque a quien se le tienda la mano, se le dé una segunda oportunidad y siga delinquiendo, hay que atacarlo con todo el peso de la ley, donde propongo de una vez se eleven sustancialmente las penas establecidas para los menores infractores, quienes sujetos a la protección de la Ley, cometen asesinatos cruentos y a veces solo pagan 18 meses o menos, situación que algunos ven como negocio.

Por otra parte, debemos analizar la amplitud que se ha dado a este bello movimiento por la paz y la vida, donde participan conjuntamente gobernantes del PSUV como de la oposición, situación que comparto, pero se deben analizar casos puntuales de alcaldes, donde nuestro Gobierno nacional y el gobernador Carlos Mata Figueroa les abren las puertas, y luego salen a hablar mal del gobierno, o el caso del alcalde de Arismendi, que en la primera reunión de seguridad habló de buscar la comprensión y la unidad, y al terminar la misma, a pocos metros de los medios de comunicación y delante del presidente del Consejo Legislativo (César González) y los legisladores Junior Gómez y Juan Vásquez, me atacó verbalmente, tratando de provocar de mi parte una reacción violenta, que nunca logrará, por el solo hecho de que estuvimos a punto de derrotarlo (como jefe del comando de campaña del PSUV municipal) y dejamos en evidencia ante muchos ciudadanos la mala gestión y el abandono de su pueblo, quien desconoce el destino que se le da al presupuesto municipal.