Emigdio Malaver González. / Foto: ARCHIVO

16 Feb, 2014 | Eso de que el margariteño tiene el maruto bien enterrado en su tierra, encaja muy bien con los tacarigüeros quienes aun cuando estén lejos no olvidan ni abandonan la querencia por su tierra, con un sentimiento que muchas veces los hace regresar.

Maruto, en los pueblos del oriente venezolano significa ombligo y hay la creencia que antaño la gente lo enterraba, junto con la placenta, en el solar de las casas.

Emigdio Malaver, economista y licenciado en Comunicación Social, se cuenta entre esos nativos de Tacarigua con mucho arraigo.

Al igual que él, muchos coterráneos salieron del pueblo para estudiar y luego regresaron ya profesionales. "Los viejos de antes le decían al muchacho ¿Quieres estudiar o jalar azadón?, tomando en cuenta lo duro que es el trabajo de la tierra. Entonces había que elegir y quienes decidían irse por esas circunstancias de la vida dejaban atrás el pueblo, pero se llevaban en el corazón su querencia", explica Malaver.

-Cuando antes no había turismo, ni puerto libre, el margariteño vivía de la pesca y en el caso de Tacarigua de lo que se obtenía de la tierra.

Salir a estudiar o a trabajar era frecuente y Tacarigua no escapaba de esa realidad.

Como lo escribió José Joaquín Salazar Franco "Cheguago", en La Tacarigua de Margarita era esa Tacarigua ancestral y típica, "la del trabajo duro y los jolgorios reparadores, la de "los hombres del azadón y el machete y las mujeres de la piedra y el pilón (...) la de las grandes sementeras y mejores cosechas; la que legó como herencia esa sabia y fecunda lección de amar a la tierra".

Experiencia editorial

Comulgando con ese arraigo del tacarigüero milita Emigdio Malaver, quien afirma que Tacarigua es también cuna de la alegría, de músicos, poetas y escritores. “Todos aunque salgamos de la Isla, siempre pensamos en regresar”, afirma Malaver, quien visitó el Sol de Margarita, para presentar su libro “Crónicas: Venezuela en su salsa”.

En ese texto, se incluye prólogo de Esther Durante Rincón, periodista, docente e investigadora, al dibujar perfil del autor.

"...Emigdio Malaver González, nacido un 10 de enero en la siempre verde, fresca y montañosa población del municipio Gómez, denominada Tacarigua (...) hijo de don Roberto Malaver y de la señora Eufemia "Chema" González, cursó sus estudios de bachillerato en el liceo Francisco Antonio Rísquez. Su primera carrera universitaria, Ciencias Económicas, la hizo en la ciudad de Mérida, en la Universidad de los Andes. Al concluir, se fue a la otra punta del país, a Guayana, a trabajar en el área empresarial del acero, y fue allí donde entabló una amistad añeja e incorruptible con Pedro Cachamay, personaje ficticio producto de su imparable imaginación, creatividad y análisis, además de ser su alter ego en muchas de las crónicas que aquí leerán. Regresa a su natal isla a trabajar como economista pero su inquietud por escribir y escribir lo conduce a publicar en periódicos impresos regionales o en páginas electrónicas; allí logra darle vida a su fiel Pedro Cachamay en textos a veces jocosos y otros serios".

Malaver explica en la introducción que son crónicas nacidas al fragor de las contiendas electorales, las cuales "de una u otra manera tienen algo que ver con los momentos políticos que vive y ha vivido Venezuela en el siglo XXI". Ya publicadas, promete seguir escribiendo...

Contenido del libro

Emigdio Malaver González anda de lo más contento porque la editorial alemana Dictus Publishing, le acaba de publicar la recopilación de algunos de sus escritos bajo el título "Crónicas: Venezuela en salsa". Libro ya impreso con 56 páginas que los lectores podrán adquirir mediante compra por Internet. En www.dictus-publishing.eu, la Dictus explica que "La política debe ser discutida para su formulación”. Bajo ese principio trabajan en la Editorial. "Como gestores de contenidos, nos especializamos en la difusión rápida y eficiente de temas políticos". Ofrecen de ese modo su plataforma global.