Los pediatras de la entidad advierten que la salud de los niños peligra por falta de alimentos y medicinas. / Foto: JHONNATAN BENÍTEZ

7 Mar, 2016 | En su más reciente reunión ordinaria, los integrantes de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría Filial Nueva Esparta analizaron la situación que enfrentan sus pacientes ante la escasez de alimentos y medicinas para los tratamientos. Sus conclusiones quedaron plasmadas en el documento “La salud de los niños en la cuerda floja”.

Germán Rojas, presidente de esa institución, informó que en dicho documento plasman la preocupación del gremio en relación con el fuerte desabastecimiento de medicinas para tratamientos pediátricos, así como fórmulas lácteas y otros alimentos para niños.

Indicó que el escrito fue elevado ante los diputados de Nueva Esparta en la Asamblea Nacional, incluida la primera dama de la entidad, Dinorah Villasmil de Mata, con el propósito que se abra un debate sobre la situación que, aunque tiene ribetes nacionales, la condición de insularidad le agrega un elemento que aleja las posibilidades a los infantes de Margarita, Coche y Cubagua.

Destacó que el panorama afecta aun más a los pacientes especiales con enfermedades crónicas, toda vez que sus vidas dependen del suministro de los medicamentos que no se consiguen en los anaqueles de las farmacias o droguerías.

Frente a tal situación, los especialistas llaman urgente a crear conciencia de la crisis y sobre todo, quieren hacer saber a los pacientes y familiares que son solidarios con ellos.

Describió que lo más preocupante no es la escasez de medicamentos de altos costos, sino también de los más comunes y económicos como antipiréticos, desparasitantes y antibióticos, entre tantos otros que antes estaban a disposición de consumidores.

“No estamos hablando de medicamentos costosos y exclusivos, en cuya escasez cabría sospechar la acción de la mano negra del perverso capitalismo, sino incluso de drogas tan sencillas, esenciales y sobre todo baratas como el fenobarbital, la fenitoina y la adrenalina, por citar solo tres”, insistió Rojas.

En el escrito, los especialistas plantean que los antibióticos, anticomiciales y antihipertensivos sean reclasificados como drogas controladas, esto con el propósito de impedir que sigan siendo usados abusivamente por ejemplo por gente con infecciones, epilépticos e hipertensos.

Enfatizan que en vano, el Gobierno nacional intenta disimular sus responsabilidades, pues éstas son clarísimas, ya que el sistema de salud venezolano ha estado en las mismas manos desde hace más de tres lustros.

Apuntan que esas mismas manos han manejado presupuestos milmillonarios, han prometido hospitales que nunca fueron construidos, han comprado a mansalva medicamentos de origen dudoso, han adquirido chatarra tecnológica y han creado de la nada miles de “profesionales” de la salud sin un mínimo de preparación académica requerida.

“Hoy todos sufrimos las consecuencias, y en especial los niños. Nuestra sociedad no sólo cumple con su deber al denunciar el sufrimiento de los niños neoespartanos, del que somos testigos de primera línea, sino que estamos al lado de todo aquel que quiera trabajar para transformar esta situación. Pero el cambio debe ser estructural”, alerta el gremio pediátrico.

Rompiendo lanzas

El gremio de especialistas en Pediatría y Puericultura, como parte de la labor altruista que realizan, expresó su deseo de romper una lanza por la salud de los niños, quienes consideran que tienen voz, pero hay que saberla escuchar y entender. Aunque como las autoridades se excusan en la incomprensión para ignorarlos, ellos les otorgan su voz adulta.

Coinciden en que ante cualquier crisis, es prácticamente un axioma que a los más débiles siempre les tocará acarrear con la mayor parte de la carga de sufrimientos y pagar una parte desproporcionada de las deudas contraídas por otros.

Falta de insumos agrava la situación

Dr. Germán Rojas. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

El presidente la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría Filial Nueva Esparta, Germán Rojas, recalcó que la falta de insumos en los hospitales e incluso en las clínicas privadas agrava la situación que viven esos pacientes.

Advierte que en una emergencia pediátrica o de adultos, sin adrenalina, simple y llanamente no se puede hacer una reanimación exitosa, por lo que si el paciente entra en paro cardiaco, estará muerto por anticipado.

Agregó que no se justifica que en una población con altísima prevalencia de asma bronquial, las emergencias no cuenten con broncodilatadores inhalados, lo que obliga a los padres del niño con crisis disponer de ese insumo o de la buena voluntad de los vecinos de la sala que le presten el medicamento para poder enfrentar la situación.

Con los antibióticos se dan situaciones paradójicas, por no decir absurdas, pues aquellos de uso más común, confiables y económicos, como la penicilina, la ampicilina y el cefotaxime, no existen pues han desaparecido, por lo que considera preciso tratar a los pacientes con antibióticos de tercera línea, exclusivos y caros, vulnerando la lógica y contra la buena práctica médica y el conocimiento científico universalmente aceptado.