18 Mar, 2017 | Visité la Feria Internacional del Libro que auspicia la Universidad de Margarita (UNIMAR) con la participación de 30 editoriales, con más de 80 conferencias y expectativa de 30.000 visitantes.

Participé en dos eventos. El primero fue el homenaje al Dr. Fernando Cervigón. Un valenciano, español que en realidad era margariteño. Inmerso en su cultura, en las personas, especialmente los pescadores y promotor y formador de la gente más humilde. Llegó a Punta de Piedras hacia los 60 y puso carteles en los árboles invitando a jóvenes que apenas tenían sexto grado para trabajar con él. Forjó hombres sabios, de trabajo y de la mejor preparación humana y profesional. Ya entrado en años, ayer en el foro Pablo dijo, después de su disertación: ¡Yo fui uno de ellos! Estaba también Wladimir quien dirige el “Museo del Mar” en Boca del Río, empeñado en reabrirlo porque es, gloria de Margarita y emblemático por su riqueza y obra acabada del Dr. Cervigón. Fernando: hombre tenaz, idealista y con eminente preparación profesional ha logrado una Margarita mejor.

Luego estuve en el homenaje a Luis Pérez Oramas. Presentó su libro “La República fallida”, que según los presentadores, transmite un mensaje de realismo. En efecto, habla de Venezuela como “un país de medianos”. Es un llamado a entender que basta de decir que somos un país rico, con muchas posibilidades y tantas otras cosas, y que hoy no tienen ninguna vigencia por la situación moral, social, política y familiar que se vive. Reconstruir la ciudadanía, es decir las relaciones imprescindibles del tejido social requiere emprendedores normales, que lleven a cabo iniciativas concretas de trabajo orientado a la comunidad. Esto exige escuchar a la gente sencilla, pobre (no en sentido socio económico), corriente, para aprender y dar respuestas concretas.

¡Un pescador, una anciana, son sabiduría andante, tienen el doctorado de la calle, que tanto enseña.

Hay una Margarita mejor que late en esa isla.