13 May, 2017 | Cuando se estudie objetivamente, el proceso de deterioro y crisis del gobierno del mandatario venezolano Nicolás Maduro, habrá que detenerse en un hecho sorprendente. La súbita aparición de 2 damas en la ½ del drama que mantiene tensa y trémula, expectante y en ascuas a Venezuela entera.

Dentro o alrededor del sector chavista, e incluso alentándolo y sosteniéndole fervorosamente, arrancando en sus orígenes seminales y siguiendo desde hace muchos años, estas 2 damas no se fueron trepando por las ramas tangenciales que ofrece el frondoso árbol del poder político, sino que asumieron voz y presencia dignas, cuando en el drama actual la conciencia nos exige definiciones éticas. Son 2 damas que provienen del ancho y complejo ámbito de las ciencias jurídicas. Mismas que como otros campos del quehacer venezolano, ha sufrido los embates de la mediocridad, el facilismo y la improvisación. La primera de estas 2 damas, Fiscal General del Ministerio Público, abogada Luisa Ortega Díaz, hizo presencia hará unos meses cuando, mostrando libertad de criterio, exigió celeridad en la investigación y sanciones a los presuntos autores de la masacre de los mineros en Tumeremo (Bolívar).

Ahora recientemente ha hecho irrupción con una llamada, que es a la vez histórica y trascendental advertencia, en ocasión de las desafortunadas sentencias del TSJ, despojando a la Asamblea Nacional de sus prerrogativas. Al estar dichas sentencias viciadas por carecer de fundamentos teóricos, doctrinales y jurisprudenciales, ha encontrado así entonces la ciudadana Fiscal, “evidencias de la ruptura del hilo con constitucional”. Y lo ha expresado en clara e inteligible voz. Para que todo el mundo la oyese. La aparición de la segunda dama, en el escenario donde se desarrolla el drama venezolano es triplemente más sorprendente.

Primero por su calidad intrínseca como profesional del Derecho. Es conocida en los medios, nacionales e internacionales, la amplia, profunda y sólida formación jurídica de la abogada Hildegard Rondón de Sansó. Su paso por la cátedra universitaria fue o ha sido perseverante, serio y luminoso. En segundo lugar, no menos ejemplar fue su ejercicio en la magistratura en la antigua Corte Suprema de Justicia. Fue ella quien salvó su voto en la era de Lusinchi/Ibáñez, cuando se produjo la defenestración de Leopoldo Díaz Bruzual de la presidencia del Banco Central, para arrebatarle al instituto emisor su autonomía.

Ahora ha irrumpido con un agudo y razonado documento en el cual cuestiona, con el texto de la CRBV, en la mano, y movida por la ética jurídica, la convocatoria de una asamblea constituyente por el presidente Maduro, que pretende socavar y demoler las bases mismas de la Constitución de 1999, saltarse el referéndum consultivo previo y montar nuevas estructuras de un estado corporativo. Por último, en tercer lugar, es tanto más admirable y loable la posición de la jurista Hildegard Rondón de Sansó si se ponen de relieve los lazos familiares que la atan al gobierno.