20 Sep, 2017 | Venezuela. Bajo este lema se realizó la Cumbre de Solidaridad con nuestro país. No estamos solos. Observamos en una semana una sucesión de hechos que en el tiempo llevarían décadas, tal vez. La Jornada Mundial realizada en Caracas, con delegaciones internacionales de más de 200 países, ratificó su respaldo a nuestra patria en medio de las amenazas del imperio, empeñado en torcernos el brazo, por habernos declarado soberanos e independientes. Ese es nuestro único delito.

No somos sumisos a sus órdenes como fuimos en otras oportunidades y gobiernos. El acoso es múltiple, porque tal vez nos convertimos en un hueso duro de roer. Somos un pueblo curtido en democracia y con antecedentes libertarios gloriosos. Nuestra historia es heroica. Estamos acostumbrados a dar la batalla. En estos tiempos, el pueblo se ha instruido políticamente y ha disfrutado como nunca de proyectos sociales, donde han sido favorecidos los que antes fueron abandonados. Es justo reconocer la actitud de Maduro como Presidente, quien ha tomado decisiones acertadas para destrabar el juego político en los momentos más críticos.

La convocatoria a la Constituyente abrió un compás de paz en medio de un torbellino de violencia, que parecía imparable, estimulada y pagada por personajes sombríos de la política, los mismos que se dedicaron a viajar por el mundo para pedir una intervención militar y el asedio económico, monetario y comunicacional a su propia patria. Son traidores. Ahora, como se les ha enfrentado y solicitado sanciones legales para ellos, surge como tabla salvadora el diálogo, sin embargo lo niegan y se contradicen. No imaginamos con qué cara se presenta Julio Borges a una mesa de diálogo. Aún así, son grandes las expectativas, pero cómo confiar en esta gente que miente constantemente.

El propio cardenal Urosa dijo recientemente que no hay condiciones para el diálogo y que eso distraería a la derecha ¡Ave María Purísima! A pesar de todo el saboteo y la manipulación, las posibilidades para lograr un acuerdo en la anunciada reunión, del próximo 27 de septiembre, son muchas. Siempre conservamos la esperanza por la paz y la felicidad de nuestro pueblo. Todos somos Venezuela. Y no estamos solos.