10 Oct, 2017 | Aunque se dan golpes de pecho por su remedo de revolución y a la vez vociferan como locos que vivimos mejor gracias al actual régimen castromadurista, lo cierto es que los candidatos oficialistas a las gobernaciones no quiere salir retratados en avisos con Nicolás, por un gran temor a ser vinculados con el mandatario, lo que sin lugar a dudas les significaría una dolorosa pérdida de votos entre sus menguados seguidores.

Muy sonrientes, cual modelos de crema dental, aparecen los abanderados de Maduro en las piezas publicitarias pautadas en los medios impresos y portales, pero por ninguna parte se asoma la cara presidencial ni su bigote a lo Hussein. Hasta uno de sus mandaderos, Héctor Rodríguez, candidato en Miranda, se quitó el disfraz rojo y muestra una camisa azulada en su bucólica campaña de TV, que más parece la de una funeraria que de unas elecciones.

La especie se repite aquí en Nueva Esparta, con el candidato del Psuv sin argumentos que ofrecer a los electores para conquistar sus preferencias el 15-O. Hasta apuestas se tejen entre jugadores de animalitos, sobre si habrá algún aspirante rojo que se atreva a exhibirse en propaganda con Nicolás, o en su defecto con Cilia Flores, la tía de "los inocentes niños secuestrados por el imperio".

Los apostadores dicen que también es válido que digan que son los candidatos de Maduro, siendo muy reacios los enchufaos a la exigencia, prefiriendo llamarse hijos de Chávez, y negando cualquier asociación afectiva con el mandatario, a pesar de representarlo en la boleta electoral, argumentando como excusa la frase aquella: "lo conozco bien, pero no lo trato".