5 Ene, 2018 | El del pueblo. Surgido de unas primarias abiertas, que represente los distintos sectores de la sociedad civil venezolana. Que no sea resultado de arreglos cupulares. Que le voten millones de venezolanos dispuestos a darle el más irrestricto de los respaldos a la hora de la elección mayor. Que los hay, y muchos, descontentos, sí, por la pésima gestión en todo del actual desgobierno, que dejó de lado, hace 19 años, su cacareada propuesta de revolucionar al país para conducirlo a destinos superiores.

Pero hizo lo contrario. Lo sumió en el pozo más hondo. Lo estancó, quebró, enfrentando a familias enteras, violando el estamento constitucional a conveniencia, avasallando los poderes públicos al designio del que está en Miraflores; impidiendo el crecimiento, buscando cercenar la propiedad privada, expropiando fincas, haciendas, fábricas, empresas y cerrando hasta las más humildes bodegas en cualquier barrio. Obligando, y es de lesa humanidad hacerlo, a que el pueblo pase hambre. Es cierto. Hemos visto gente rebuscar sobras de comida en la basura. Y algunos medios valientes publican cómo niños y ancianos se mueren en la casa, en la calle o en los hospitales por falta de alimentos y medicinas.

Para acabar con esos males hay que elegir un candidato único. Que garantice la victoria, que está al frente, esperando al líder que habrá de surgir de la consulta primaria, abierta, la que escucha al ciudadano y le respeta su decisión. Eso sí, uno solo.

Presentarse a las primarias con cuatro o más abanderados sería, como advierte Claudio Fermín, hacerle juego al gobierno. Pero, con un solo en representación firme, solidaria y cívica de la inmensa mayoría que lo espera para apoyarlo abiertamente, esa victoria será para la democracia. Maduro y su revolución lo saben. Cuidado si por miedo posponen los comicios.

Ese candidato único debe ser quien mejores propuestas presente, con razonamiento claro de lo qué hará en función de resolver cada problema. El país no está para improvisados. La experiencia es necesaria en esta hora de tantas dificultades. El mejor preparado y conocido en todas partes. Ese es el hombre.