18 Ene, 2018 | Yoani Sánchez, la insumisa bloguera cubana, refiriéndose al Che Guevara, afirmó en su último artículo “El hombre que posó para tantos fotógrafos, que quedó inmortalizado en un retrato con boina y mirada perdida, no está superando bien el juicio de la Historia”. Y es que, constata Sánchez, están creciendo las críticas que erosionan la imagen romántica del Che, para desnudar su carácter violento y sanguinario.

Hoy suena como una salvajada su concepción del “hombre nuevo” como un individuo que debía moverse por “el odio como factor de lucha” y saber convertirse en una “selectiva y fría máquina de matar”. Hoy despierta rechazo, cada vez menos indulgente, la frialdad con la que ordenaba ejecuciones sumarias, para después jactarse en la sede de la ONU “Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”. El Carnicerito de la Cabaña, le llamaban.

Cuenta Yoani que, como todos los niños cubanos, cada mañana en la escuela recitaba la oración “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. Por eso, siente que las polémicas que han surgido vienen a ser como “bofetadas que nos sacan del estado hipnótico que traen la ignorancia y el adoctrinamiento cuando se conjugan.”

En nuestro país muchos se preguntan cómo es posible que frente al colosal fracaso del socialismo del siglo XXI, todavía existan venezolanos que apoyen a este gobierno. Pues bien, la respuesta es que esos compatriotas están bajo el “estado hipnótico que traen la ignorancia y el adoctrinamiento cuando se conjugan.”

El lunes pasado recibimos una nueva bofetada. El gorilato que gobierna ejecutó sumariamente a un grupo de venezolanos. Sin ley ni continencia ética, quienes se exaltan denunciando las masacres de Cantaura y de El Amparo, y los ajusticiamientos de Alberto Lovera y de Soto Rojas; actuaron peor que los despreciables esbirros del pasado. Espero que muchos hayan salido del estado hipnótico.