24 Jun, 2018 | "El célebre comediante azteca Chespirito, a quien Dios haya perdonado, entre las muchas frases que inventó para satirizar a los superhéroes yanquis con su personaje Chapulín Colorado, hay una que solía decir cuando se encontraba en situaciones de gran riesgo junto a otras personas, a las que intentaba calmar. El problema, sobrino, es que el más aterrorizado de los presentes era él mismo y cuando hablaba lo que le salía era un disparate: ¡Que no panda el cúnico!".

Le digo al tío Caballo Rojo que sé bien de lo que habla porque yo también fui seguidor de las peripecias de Chespirito, nombre real Roberto Gómez Bolaños, pero lo que no entiendo es por qué estamos hablando de él en estos momentos en los que estamos enfrentando las terribles consecuencias del cuarto aumento de salario de este año y la desesperanza de los venezolanos que están como paralizados y no saben qué hacer.

"Precisamente, sobrino. Como yo lo percibo, las acciones del régimen del Embustero en sus esfuerzos por aferrarse al poder están dirigidas a lograr ese efecto entre la población, pero lo más triste es que nuestros superhéroes de pacotilla, o sea, los llamados a reaccionar y señalarnos el camino, los que tienen y manejan los instrumentos para organizarnos y conducirnos a la lucha por salir de este marasmo, están más desconcertados que los ciudadanos de a pie, y yo diría que muchos están como palo de gallinero".

Refiere que estos son días aciagos para el país porque precisamente la clase dirigente no está generando una reacción coherente y, la gente, de manera instintiva, invierte toda su atención y energía en buscar los medios para no morir de hambre o de mengua por falta de medicamentos.

"He visto con mucha tristeza cómo gente que se supone pensante, con supuesta claridad política, gente que ocupa cargos dirigentes: proclaman su desánimo, su pesimismo. Gente que dice que no tiene sentido, por ejemplo, denunciar la corrupción, los atropellos, la vagabundería, porque los órganos de justicia no le paran y con frecuencia, meten preso a quien denuncia. Este sentimiento de desesperanza lo trasmiten a la población proclamando un mensaje de derrota antes de comenzar a pelear".

Señala que la dirigencia opositora ha cometido muchos errores a la hora de enfrentar al régimen del Embustero, pero el mayor de todos ha sido la incoherencia y la falta de constancia, de perseverancia, pues nunca ha completado las acciones emprendidas ni ha rectificado cuando se ha equivocado.

"Yo sé que entre la oposición hay gente valiosa, capaz, que si se detiene un momento a reflexionar, puede visualizar el camino y comenzar a transitarlo hasta llegar al final. Solo hay que no dejarse vencer por el temor. ¡Que no cunda el pánico!".