Porlamar
26 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Soliloquio
Las distancias se expandieron, la brisa las empujó. Un pescador, en la orilla de su vida, añora su ayer. Traga miserias. Comparte sus dolores. Ya no hay oración que valga. Sé como el sándalo, que perfuma el hacha del leñador que lo hiere.
Tarcisio Rodríguez| tarcisior_rodriguez@hotmail.com

8 Ago, 2018 | La noche no se despidió en su ida, dejó su estela. Se secó el silencio, de tanto silencio. El tiempo hizo una parada, después siguió. El cuatro termina su aleteo melodioso en su eterno cam-bur-pin-tón. El mar sigue en el mismo lugar. Su oleaje se quedó dormido en la piel del aire. La orilla ya no es el final. La lluvia no llegó.

La siembra se perdió entre brasas de soles. Deméter no pudo estar presente. Las aves se acostaron temprano, se arroparon con pedazos de atardeceres. La chulinga dejó su canto en la rama seca de un vetusto árbol. El sol salió tarde. Las nubes le cerraron el paso. El cielo fue testigo de su retraso. Un verso es la cura de este mal que es el silencio. La luna sigue triste en su lecho. Ya no se despierta temprano.

Las distancias se expandieron, la brisa las empujó. Un pescador, en la orilla de su vida, añora su ayer. Traga miserias. Comparte sus dolores. Ya no hay oración que valga. Sé como el sándalo, que perfuma el hacha del leñador que lo hiere. El hombre es un animal de costumbres, lo dijo Dickens. En todo texto hay un contexto. Toda tesis tiene su antítesis. El estilo es el hombre, lo expresó Buffon.

El estudiante ya no cultiva su arte. Lo superficial es su norte. El confort arropó su ilustración. Ya no se sabe si se sube o se baja. El tobogán de la vida extravió su ruta. El pobre sigue arrastrando su pobreza. Ya no puede con ella. ¿Quién curará esa enfermedad? El maestro perdió su liderazgo. Le durmieron su pensar.

Su cátedra quedó tirada en la gaveta de su escritorio. La misión es no hacer nada, para que la visión se atrofie. No encuentro salida en este laberinto de angustias, pero sigo insistiendo. No me queda otra, sino decir como el poeta, tengo hambre de espacio y sed de cielo.




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