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El tiempo que me queda
El tiempo que me queda es el compendio de una intensa vida, vivida a plenitud.
Tarcisio Rodríguez tarcisior_rodriguez@hotmail.com

5 Ago, 2019 | El tiempo que me queda es el compendio de una intensa vida, vivida a plenitud, en los confines de tantos demonios que atormentaron mi alma, en los momentos cumbres de mis alegrías y mis felicidades. Trato de saborearlo en su esencia y, exprimirlo, hasta que ya no quede nada; ser yo.

El tiempo que me queda son tantos mundos imaginarios que mi vida sembró, al inicio de una infancia de ausencia y escasez, de un existir sin razón. Hoy los acaricio con mucho amor y ternura, porque son partes inevitables del mundo que habito. Esto me hace feliz, pues me baño cada día de primavera, en este otoño que vivo a mi manera.

El tiempo que me queda es un océano inolvidable de bellos y hermosos recuerdos, que viven en mi conciencia y, que juego cada día con ellos, para hacer más agradable esta cotidianidad, que quema mi alma y rompe los caminos de mi eterno silencio, en noches de insomnios.

El tiempo que me queda son las heridas indecibles en las entrañas de mis ser, que ya no se pueden cerrar, aunque busquen los últimos adelantos de la medicina; es una enfermedad que mi cuerpo resiste, con sumo estoicismo, hasta que llegue el final.

El tiempo que me queda es el tenue sonido del tic tac de mi reloj biológico, que sigue su pausado ciclo, en ese constante andar de mi destino. Ya veo sombras en el viento. El sol ya no me regala su luz. El horizonte ya no se aleja. El mar tejió olas de sombras, para bañar la noche de sueños. La luna se fue a pasos desesperados, sin avisar; me dejó solo.

El tiempo que me queda son tantos días y tantas noches, que se fueron apilando en dos columnas y, las llevo colgadas en los frágiles hombros de mi edad; me pesan, ya casi no soporto esa carga, en las postrimerías de mi triste e irremediable ocaso.

El tiempo que me queda es el último suspiro de mi vida, que me resisto a exhalarlo, para que no se vaya todavía. Se irá, lo sé, pues solo soy un simple mortal; y la noche será mi sino.




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