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El pájaro del agua no canta en Tacarigua El can miraba a Juancho que a pesar de la alegría que le proporcionaba Rocky, se notaba en el fondo que estaba preocupado. Emigdio Malaver G. / emalaverg@gmail.com / @Malavermillo
13 Nov, 2019 | El periodista Juancho Marcano jugaba con Rocky, un pequeño gato, que le regaló su vecino y que ha constituido una ráfaga de alegría entre los espacios de la casa. Estaba en el garaje y cerca de los helechos y del tanque cisterna. El perro Pipo, yacía en la terracota fría, y observaba como Juancho se entretenía con las jugarretas del minino que parecía incansable, entre brincos, corricorri y arañazos a la hoja seca que el periodista le asomaba a la cara cuando lo tenía cerca. El can miraba a Juancho que a pesar de la alegría que le proporcionaba Rocky, se notaba en el fondo que estaba preocupado, por eso le comentó: - Juancho, no sé, pero me da la impresión, que a pesar de las jugarretas de Rockyto, presiento que estás preocupado, ¿por qué? - El periodista observando las travesuras del gato y oyendo el canto de unas guacharacas a lo lejos, respondió: - Es verdad Pipo, que estoy preocupado pues este pueblo que se conoce en el mundo entero como la Tacarigua de Margarita, ya tiene treinta días sin agua y supuestamente hoy o mañana, según un cronograma, llega el agua, pero no sabemos a qué hora llegará en este sector y si acaso llega, porque la vez pasada no vino, y por tanto tengo que estar pegado a esta cisterna los dos días para ver si Dios quiere, se les ocurre que pongan un poquito de agua. - Pero quien tiene la culpa de eso, son los mismos hombres. ¿No es así? - Así es y en verdad yo viera a los responsables en nuestro lugar para ver cómo harían para cubrir sus necesidades con el vital líquido y regar sus maticas que adornan la casa. - En verdad, sigo sin entender la actitud de los hombres, pues en vez de ayudarse, de apoyarse para vivir mejor, siguen haciéndose daño, los unos a los otros, dijo el perro. - Así es amigo Pipo, y por esa indolencia, el pájaro del agua no canta en Tacarigua, dijo Juancho, quien siguió jugando con Rocky y esperando el agua que al final no llegó.
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