Los pocos locatarios del mercado de Conejeros se quejan de la crítica situación / Foto: Dexcy Guédez |@dexcyguedez

22 Oct, 2021 | Lo que fue una alternativa para la economía de los neoespartanos e incluso de los visitantes, como el mercado municipal de Conejeros, hoy se encuentra en fase terminal por la crisis.

Los locatarios de ese emblemático mercado se confiesan resignados al cierre definitivo de los pocos negocios que quedan activos.

Belinda Verde de Marín precisó que lo que era el área de carnicería, pescadería y quesos nacionales ya está cerrada totalmente desde pocos días después de la pandemia.

Las áreas de carnicería, pescadería y quesos están cerradas / Foto: Dexcy Guédez |@dexcyguedez

Los propietarios de los pocos abastos que quedan activos expresaron su descontento por un reciente aumento de las mensualidades por más de un tres mil por ciento, mientras que los vendedores ambulantes en las afueras del mercado hacen de las suyas con la anuencia del alcalde del municipio García.

Eva María Rosas, aseguró que por orden del alcalde Cruz Lairet, les están cobrando hasta los meses "muertos" que fueron decretados a escala nacional por la llegada de la pandemia.

De unos 220 puestos del área de víveres solamente 13 levantan sus santamarías para no dejar perder el poco patrimonio que les queda en un abandonado y deteriorado mercado municipal que otrora fue símbolo de la prosperidad en Margarita.

NI PARA LA COMIDA

La pandemia empeoró la crisis en el mercado municipal de Conejeros / Foto: Dexcy Guédez |@dexcyguedez

Brunilda Boadas, aseguró que en su puesto de remedios naturistas las ventas han caído considerablemente, al punto que en ocasiones se va sin vender ni siquiera para comprar la comida diaria de su hogar.

Similar aseveración hizo Gustavo Guzmán Gil, quien aseguró que la soledad de los pasillos y el cierre de tantos locales "espanta" a los posibles compradores.

Mercedes de Ágreda denunció que fue amenazada con cerrarle el local de artículos de limpieza, porque en vista que las ventas han estado muy bajas, colgó en su puesto unas franelillas, para probar mejor suerte y poder comprar sus medicamentos.

"Yo no estoy abriendo una tienda nueva. Lo que necesito es vender esa ropita para salir de mi situación tan crítica", remató.