Beltrán Diaz revisa las pequeñas matas de berenjena que serán plantadas en el terreno surcado en días próximos. / Foto: SOPHIA HERNÁNDEZ | @sophiahernandezg

8 Ago, 2017 | Las tierras de Atamo Sur, en el municipio Arismendi, son cultivadas para la producción de berenjenas. Familias de agricultores desarrollan esta actividad y, a pesar de las inconsistencias en el suministro de agua, mantienen sembradas extensiones de terrenos con matas de berenjena y otros rubros como yuca y ají.

La Fundación Luna Díaz es un grupo familiar conformado por cinco miembros desicados a la agricultura en una extensión de terreno de 3.500 metros, de los cuales 2.500 metros, aproximadamente, están sembrados.

Beltrán Díaz encabeza las labores de siembra de esta fundación. Es un margariteño con más de 30 años de experiencia en el cultivo de distintos frutos, hortalizas y legumbres.

Actualmente está dedicado a la siembra de berenjenas, ardua labor que realiza con azadón, pico y pala, todos instrumentos rudimentarios.

Díaz reconoce que en otras épocas se sembraban otros frutales y hortalizas, pero ahora son varias las dificultades que lo impiden.

En la actualidad tienen sembradas alrededor de 1.500 matas de berenjena y 200 matas de ají.

Edmundo Luna, otro integrante de la fundación, explicó que la berenjena tarda cerca de dos meses en cosecharse en un proceso que comienza con la recolección de las semillas y la tierra que buscan en el cerro Atamito. Previo a la siembra, en los surcos se hacen los semilleros en pequeños vasos.

En los próximos días tienen previsto plantar nuevas matas de berenjena, resaltó Luna.

Estas nuevas plantas estarán dando sus frutos aproximadamente en dos meses y medio.

La berenjena es vendida en los pequeños comercios formales e informales de la zona.

Luna destaca que el precio de la berenjena al mayor es de 700 bolívares. La recolección diaria de berenjenas en este conuco varía entre 30 y 50 kilos. Por ahora no están vendiendo al mayor, solo venta directa al público.

Dificultades

Beltrán Díaz detalló que "lo más difícil de sembrar es la escasez del agua. El ciclo del suministro del agua es de aproximadamente 15 días". Este elemento vital para la agricultura está disponible entre 24 y 48 horas, para luego esperar 15 días o más.

Hace más de un año no siembran tomate margariteño, afirmó Edmundo Luna. El exceso de agua en la temporada de lluvia del año pasado, dañó la siembra y se perdió. El proceso con el tomate margariteño, producto típico, es delicado y se dificulta más con la imposibilidad para adquirir fertilizantes e insecticidas. A falta de esos productos, la mosca blanca y otras plagas afectan los sembradíos.

Admitió, que funcionarios de "la granja", nombre que le otorgan al Ministerio del Ambiente, los visitan anualmente con planes para apoyar su actividad, pero estos no se han concretado.

Recolectar el agua es otro apuro, manifiesta Luna. "Los ciclos del servicio de suministro son extensos. Por suerte contamos ahora con un tanque de un vecino pero no contamos con suficientes recursos para hacer o adquirir uno", afirma.

Delicuencia

El agricultor Edmundo Luna también nos manifestó que resguardar las cosechas es complicado. Los ladrones azotan los sembradíos día y noche, llevándose las cosechas que tanto trabajo le representan a su familia.

Gastronomía

La berenjena se ha convertido en un alimento cotidiano de los margariteños, quienes se detienen en los distintos comercios de Atamo Sur para adquirirlos. El precio de la berenjena al público es de 1.200 bolívares por kilo.