14 Ene, 2014 | Me confieso defensor de los derechos de la fauna y en especial de los animales domésticos y me causa una grata sensación ver al Presidente Maduro abrazando a un gato que dice haber adoptado mientras promete para todo el país vacunas y asistencia a estos animales con la Misión Nevado (No sé aún el por qué de este nombre), la cual arrancó el pasado domingo desde Caracas.

Duele ver a dos Venezuela: por un lado el país de la violencia incontrolable en algunos sectores y áreas y por el otro lado ciudadanos despertando en la conciencia del buen ciudadano, dando cobijo y buen trato a animales abandonados y/o maltratados. Mientras existan buenos ejemplos de valores en general, podemos aún contar con un futuro para todos.

Ahora bien, todo el amor del mundo no basta para avanzar hacia el desarrollo y el progreso, sin una economía pujante, solvente y planificada. En ese orden de ideas leo los anuncios gubernamentales reestructurando los ministerios de la economía para adaptarlos al socialismo y cumplir con el Plan de la Patria aprobado el mes pasado. Recuerdo aún al Presidente Chávez recién electo anunciando la disminución del aparato burocrático del país, criticando la existencia de tantos ministerios y terminando finalmente con el gabinete más amplio de la historia democrática y con un montón de oficinas públicas; cuesta aprenderse tantos nombres. Sin embargo, no depende del número sino de la capacidad gerencial de trabajo en busca de sus objetivos; me gustan en especial la creación de una división especial en MINTUR para el Turismo Nacional y el Turismo Internacional como paso importante para que Venezuela, con hechos y no palabras, adopte una nueva fuente de ingresos tan amplia como el petróleo.

Me gustan los cambios en el Ministerio del Trabajo, para garantizar la inspección y seguridad laboral (que deben valer también para las empresas públicas) y las pensiones, en fin bienestar para todos los trabajadores y trabajadoras del país.