Barry Bonds. / Foto: ARCHIVO

11 Ene, 2015 | Cada vez que ustedes lleguen a un estadio de nuestra Liga Venezolana de Beisbol Profesional y se den un paseo por los alrededores de los expendios de comida, refrescos y una que otra golosina, se tropezarán con varios trabajadores de los club houses que albergan a los peloteros que juegan para las diferentes divisas.

Hasta esta temporada, gracias a Dios, lo que manda entre nuestros jugadores y los que vienen son las exquisitas comidas de nuestros estadios.

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Los problemas de figuras estelares de la pelota mayor como el pitcher Roger Clemens y de Mike McGwire, de Sammy Sosa y Barry Bonds, para citar a cuatro estrellas que se mantienen en espera del perdón de los cronistas que deciden quiénes pueden ingresar al Hall de la Fama, aún no consiguen el OK para llegar al templo de los inmortales, y los cuatro siguen acusados de haber violado reglas no escritas al aprovecharse de empleados como Kirk Radonski, quien llegó a tener una veintena de muchachos a su servicio para diferentes diligencias.

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Cooperstown recibirá con mucho ruido este año a John Smoltz, Tom Glavine, Pedro Martínez y el gigantesco zurdo Randy Johnson, quienes se convertirán en inmortales de la pelota de Grandes Ligas, mientras los mencionados más arriba siguen en espera con todo y sus grandes pergaminos.

Entre tanto, hombres de gran brillo y de increíble producción como jugadores, a los cuales habría que agregar a nuestro conocido Pete Rose, todavía siguen en lista de espera.