El cultivo de esta fruta es prioridad durante toda las épocas del año en el terreno. / Foto: CARIDAD LEAL

22 Sep, 2015 | Cultivar patilla es parte del trabajo que realiza José Gregorio Subero desde hace aproximadamente 12 años, en el sector Cabo Negro en Manzanillo, municipio Antolín del Campo.

Subero comentó que desde muy jovencito siempre estuvo involucrado en el trabajo de campo, la mayor parte de su familia se dedica a la agricultura. “La siembra ha sido como parte de la herencia familiar. Ha pasado de mano en mano desde la década de los años cincuenta”.

Manifestó que durante toda las épocas del año se dedica a cultivar patilla además de otras especies, aunque no en grandes cantidades como la fruta antes mencionada.

Indicó que como resultado de la siembra del mes de agosto se alcanzó la producción de más de 12.000 kilos de patilla. “De toda la producción ahorita solo debe quedar alrededor de los dos mil o tres mil kilos en el terreno”.

Precisó que para la siembra de este rubro utiliza un espacio de dos hectáreas y media de sus terrenos, porque aprovecha para cultivar gran variedad de patilla. Entre los tipos que Subero cultiva, destacan la criolla, la “jubilee” y la santa melia.

Distribución

Durante los tiempos de cosecha, Subero recoge semanalmente parte de la siembra para distribuirla a los comerciantes populares del sector y también a determinadas cadenas de hoteles que solicitan gran cantidad de este producto.

Además de surtir a los vendedores populares y a los hoteles, de igual forma “me encargo de ofertar la mercancía a los habitantes de la comunidad a un precio realmente accesible, en comparación a como está en otros sitios donde a veces exageran con los precios”.

El agricultor antolinense enfatizó que al terreno no solo llegan vecinos de la localidad sino también personas de distintas partes de la Isla.

Riego

Durante la entrevista, Subero comentó que no cuentan con un sistema de riego para este sembradío y que en épocas de lluvia corren el riesgo de perder toda la siembra, porque tienden a dañarse.

“Estamos en proceso de solicitar un financiamiento al Ministerio de Agricultura y Tierras y el gobernador del Estado, con la intención de invertir en un proyecto para la construcción de una laguna”.

Sostuvo que a veces se ve en la obligación de comprar camiones de agua potable para poder regar la siembra, pero que para ello debe de invertir una buena suma de dinero.

“La ventaja de sembrar patilla es que es un cultivo que no necesita de mucha agua. Y como estamos cerca del mar, durante horas de la noche pasa una brisita que cae en las
hojas de la patilla y las mantiene húmedas”.

Señaló que debido a estas razones, tienen que aprovechar la época de lluvia.

Fertilizantes

Con respecto a la compra de fertilizantes, el agricultor indicó que, al igual que otros productos, no son fáciles de encontrar en el mercado. “Para poder ubicarlos debo visitar las tiendas privadas y esporádicamente Agropatria”.

Manifestó que cada vez que termina la cosecha de patilla debe utilizar una serie de fertilizantes durante todo el proceso de limpieza y habilitación del terreno para poder volver a cultivar otro lote de semillas.

Entre los tipos de fertilizantes que Subero utiliza para el terreno predominan el humo de lombriz, calcio, potasio, triple 15 y urea.

Desechos

Las patillas que quedan en las matas después que termina la cosecha son utilizadas como alimento para la cría de ganado porcino y vacuno, en el mismo terreno.

Frijoles

Emiro Subero, padre del agricultor antolinense, confesó que además de cultivar patilla se encuentran sembrando una significativa cantidad de frijoles con la intención de recoger las semillas para una próxima siembra. Además sostuvo que por problemas de sequía perdieron toda una cosecha de frijoles hace ya algunos meses.

“Una de las razones por las que sembramos frijoles es para poder brindarle a la comunidad un producto de calidad y al mismo tiempo accesible, porque conocemos que en el mercado están sobregirando los precios”.